El proyecto consistió en la pavimentación de un espacio urbano de unos 3000 m2 a base de baldosas flameadas en 6 cm de espesor en distintos formatos.
El granito utilizado fue el BLANCO BERROCAL procedente de las canteras de la sierra madrileña.
El resultado fue una pavimentación en armonía con las construcciones vanguardistas del entorno.
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