ADOQUINES - CALçADA / COLOCACIÓN

La ejecución de un adoquinado puede hacerse como pavimento drenante, apto para cargas ligeras, asentándolo sobre lecho de arena y cerrando sus juntas con extendido de arena; o bien, puede realizarse como pavimento impermeable, capaz de soportar tráfico rodado y cargas pesadas, si se asienta sobre lecho de mortero de cemento.

En este último caso, los adoquines se introducen a golpe de maceta en el lecho de mortero, dejando la superficie vista enrasada. La separación entre adoquines será de unos 15 mm, y la pendiente mínima deberá de ser del 2% con el fin de facilitar un drenaje adecuado.

Posteriormente se riega el pavimento y se extiende sobre él una lechada de cemento con arena, rellenando bien las juntas, y eliminando finalmente los restos de lechada en la superficie del adoquinado.

Los morteros recomendados para la colocación de adoquines serán de cemento y arena, en una relación 1C:4A en volumen; y la cantidad de agua será tal que se obtenga consistencia plástica sin que el agua sobrenade en la superficie.

Los pavimentos irán contenidos lateralmente por bordillos enterrados o no, que impidan la separación de las piezas.

Es muy importante estudiar las condiciones de drenaje general de la zona, de manera que no se produzcan acumulaciones de agua, tanto en superficie como en el interior. También es muy importante evitar el tránsito sobre el pavimento hasta que el mortero haya endurecido después de unas 2 semanas.

 
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